Economía
La agricultura, principal sector productivo en el pasado, presenta hoy, de la misma forma que sucede en el resto de la comarca del Alto Palancia, un claro retroceso con un alto grado de envejecimiento de la población activa en este sector, de forma que la actividad agrícola se ha transformado básicamente en una actividad a tiempo parcial y que ayuda a complementar, en muchos casos, la pensión de jubilación del agricultor.
En épocas pasadas fueron importantes el cultivo de la vid, el olivo, el algarrobo, el almendro, los cereales y la práctica de la apicultura. Hoy en día destaca sobre todo el cultivo del olivo, única especie rentable debido a la excelente calidad del aceite de oliva virgen obtenido de sus frutos. Vinculada al cultivo del olivo se encuentra la almazara que genera algunos puestos de trabajo de carácter temporal, sobre todo en época de recolección de la aceituna y la consiguiente transformación en aceite. Basadas en la calidad y demanda del fruto del olivo, existen pequeñas industrias familiares que comercializan la aceituna de mesa y salazones diversos para su venta directa en el mercado.
La ganadería, sector de cierta importancia en el pasado, como demuestra la existencia de numerosos corrales repartidos por todo el término municipal, es hoy una actividad prácticamente inexistente, quedando representada únicamente por la Ganadería Hnos. Ponce Meliá, explotación dedicada a las reses bravas. La apicultura, por su parte, parece remontar y ya son varios vecinos los que disponen de colmenas para la obtención de la gran variedad de productos que generan las laboriosas abejas.
El turismo rural aunque de carácter estacional y limitado fundamentalmente a los meses de verano, genera ciertas rentas a la población, derivadas del alquiler de viviendas y del consumo diario en comercios y servicios hosteleros de la localidad dado que ésta puede superar puntualmente, en los meses de julio y agosto, los 1.000 habitantes. Es conveniente observar que esta actividad está considerada como uno de los sectores con mayor proyección de futuro que Azuébar puede explotar, dada la importancia que cada día más está adquiriendo el turismo de interior. La ubicación del municipio en el Parque Natural de la Sierra de Espadán y su oferta de valores naturales (senderismo, cicloturismo, montaña, preciosos bosques de alcornocal, espeleología...), patrimoniales (Iglesia Parroquial, Castillo, vistas panorámicas...), junto con otros recursos igualmente atractivos como la gastronomía popular basada en la dieta mediterránea, las fiestas tradicionales y especialmente la calidad de sus aguas minerales, sobradamente reconocidas en toda la Comunidad Valenciana, deben convertirse en foco de atracción para el turismo.